El número de caballos sacrificados en el matadero de Mercasevilla para
su venta como carne ha crecido de una forma espectacular. Se estima que
este año el número de equinos sacrificados en las instalaciones de
Gesesur ronda entre los 10.000 y los 12.000 caballos. Algunas semanas el
número de sacrificios ha alcanzado los quinientos. Los animales que se
matan allí proceden en gran parte de la provincia de Sevilla pero
también del resto de Andalucía.
La crisis, que hace que no pocos
ganaderos no puedan asumir el coste que supone mantener un caballo _unos
200 euros al mes sin contar los gastos veterinarios_ y la disposición
que impide que los equinos que se venden para carne, muchos criados en
cebaderos, traspasen la comunidad autonóma sin su «pasaporte» _que
también supone un coste_ explican ese fuerte incremento, que casi
triplica los números del año pasado.
Los datos de la Consejería de Agricultura, Pesca y Ganadería de la Junta de Andalucía señalan que en toda la comunidad se sacrificaron en 2011 hasta un total de 5.189 equinos, los últimos datos disponibles apuntan que este año el nímero alcanza los13.686.
El aumento del número de caballos
conducidos al matadero ha provocado una importante acumulación de esta
carne y ha hecho que en el matadero de Mercasevilla los sacrificios
hayan sido suspendidos durante diciembre y enero.
Aunque la carne de caballo se ha
comido siempre, hay quien la compara con la de la ternera, la mayor
parte de la que se sacrifica ahora se destina a la exportación,
fundamentalmente a Francia, Italia y Rusia. En España
se suele consumir en algunas zonas de Cataluña y de la cornisa
cantábrica, mientras que en Andalucía, donde el caballo está muy ligado a
nuestra cultura, se consume bastante poco. En Sevilla se hizo popular
la comida de carne de caballo a finales de los años cuarenta,
en los que había varios establecimientos que la distribuían, entre
ellos uno en La Algaba y otro en Camas, y se podía adquirir en los
principales mercados de abastos de la ciudad.
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