Los sindicatos de Iberia de tierra y tripulación de cabina(CC.OO, UGT, USO, Sticpla, Asetma y CTA Vuelo) se reúnen hoy para determinar si convocan huelga. Pese a que han firmado un acuerdo de coordinación sindical, logro nada desdeñable en un colectivo de trabajadores históricamente muy fragmentado, las posturas se encuentran lejos de resultar homogéneas: están divididos en un bando más beligerante (los TCP, especialmente) y otro que espera un cambio en el talante de la compañía, con la que mantendrán un nuevo encuentro mañana. Además, quedan algunos aspectos por definir, como el número de días de los posibles paros. Pero lo que parece seguro es que, si se adopta esa decisión, las movilizaciones tendrían lugar a finales de este mes.
Después de la ruptura de las negociaciones, que parecían encarriladas tras el preacuerdo alcanzado a mediados de diciembre, el conflicto entre Iberia y sus empleados regresa a los habituales cauces de crispación. Las organizaciones sindicales quieren expresar, de este modo, su rechazo al documento «alternativa 3 de enero», una de las múltiples propuestas efectuadas por la compañía que los representantes de los trabajadores tachan de «fraude».
El texto, al que ha tenido acceso ABC, contempla una rebaja del número final de despidos hasta 3.836 trabajadores (desde los 4.500 iniciales). A cambio, la empresa exige un recorte de los salarios adicional del 3%. De esta manera, el colectivo de tierra vería reducidas sus retribuciones en un 18%, el de pilotos en un 23% y los TCP en un 28%. Asimismo, se incluiría una congelación, tanto salarial como de promoción, hasta 2016. Por ello los sindicatos hablan de una reducción de los sueldos mayor que la inicialmente estipulada, superior al 30%.
El documento también fija el «excedente» para cada sector, que se cifraría en 2.736 trabajadores de tierra, 155 en el extranjero, 381 pilotos y 564 tripulantes de cabina. Las medidas de ajuste de plantilla, en el que se daría prioridad a las prejubilaciones, se complementarían con un ERE temporal de 1.027 trabajadores en 2013, 695 en 2014 y 328 en 2015.
El rechazo de IAG
Sin embargo, un nuevo condicionante puede dañar de manera definitiva el ya de por sí frágil equilibrio en la relación entre Iberia y sus empleados. Como avanzó ayer este periódico, el consejo de IAG, el holding de la fusión entre Iberia y British Airways, rechazaría un pacto con los trabajadores en los términos establecidos en el preacuerdo de diciembre, que han cimentado la negociación posterior, ya que los considera «absolutamente insuficientes para conseguir la viabilidad de la compañía», según admitieron fuentes próximas a la cúpula de la sociedad.
Mientras tanto, el Gobierno recuerda a las partes que el aéreo es un sector esencial para la economía española. Y que los desequilibrios en la aún considerada aerolínea de bandera resultan enormemente perjudiciales. La ministra de Fomento, Ana Pastor, recalcó ayer en los micrófonos de ABC Punto Radio que se debe potenciar el diálogo entre las partes, ya que «España no se puede permitir una huelga en el sector aéreo», del que depende «buena parte del PIB».
La responsable de infraestructuras y transportes del Ejecutivo agradeció a los empleados de la aerolínea «el esfuerzo» para no convocar las movilizaciones durante la campaña de Navidad y optimizar sus índices de puntualidad, los mejores de los últimos 15 años. Pastor, quien destacó que Iberia necesita una transformación «integral», advirtió de que «las reformas no consisten en poner a la gente en la calle».
En un segundo plano se encuentran, de momento, los pilotos de Sepla,que acudieron ayer a la sede de Iberia sin que, de nuevo, hallaran puntos de encuentro con la empresa. Aseguran que Iberia puso sobre la mesa «más rebajas salariales, con más despidos y sin recuperar producción». En concreto, el ajuste de los emolumentos ascendería al 70%, según un portavoz de los pilotos. No se prevé que se sumen a las movilizaciones: dependen de un laudo de obligado cumplimiento impuesto por el Gobierno que les recomienda no convocar huelgas.
