Empezó el Betis intenso, como requería el partido y la eliminatoria. Tanto es así, que al poco de comenzar, Nacho ganó la línea de fondo y a punto estuvo de encontrar a Agra sólo en el pase atrás
Volvió Vadillo... y de qué forma. Tras una mala primera
parte del Betis en la que podría decirse que el Betis se encontró con
el gol de Amaya que empataba la eliminatoria, el conjunto entrenado por
Mel consiguió darle la vuelta a la misma gracias a los cambios
introducidos por el madrileño. Y es que tanto el canterano como Beñat
fueron fundamentales para la remontada bética. El vasco, porque el
centro del campo local estaba desaparecido en la primera mitad. Y
Vadillo, porque tras salir a la hora de partido después de
más de un año sin vestir en partido oficial la casaca verdiblanca, nada
más saltar al campo, revolucionó el encuentro con una gran jugada en el
2-0 en la que dejó solo a Rubén Castro. A falta de tres minutos, el
canterano, que no está realizando una buena campaña en el filial tras
recuperarse de la lesión, se fue por la izquierda, llegó hasta la línea
de fondo y sirvió un balón que Rueda introdujo en su propia portería, llevando el delirio a la grada. Buen partido, en definitiva del Betis, que pasa a los octavos de final de la Copa del Rey.
Empezó el Betis intenso, como requería el partido y la
eliminatoria. Tanto es así, que al poco de comenzar, Nacho ganó la línea
de fondo y a punto estuvo de encontrar a Agra sólo en el pase atrás. Poco después era Campbell el que profundizaba por
la izquierda, aunque su centro, a pesar de ser bueno, no encontró
destinatario. Sin embargo, el Valladolid no se amilanó y, poco a poco,
fue demandando un mayor protagonismo de pelota. El Betis parecía estar
dormido por momentos. Pasaban los minutos y ocurrían muy pocas cosas
sobre el césped, con un conjunto pucelano que parecía tener la batuta del encuentro. Incluso tuvo algún que otro acercamiento inquietante por la banda de Chica.
El partido estaba muerto. Y si alguien le interesaba esa
situación era al equipo entrenado por Djukic. La intensidad con la que
empezó el partido el equipo verdiblanco se diluyó como un azucarillo. El único que parecía entender el choque era Campbell,
dándole la velocidad que demandaba el mismo. Y fue tras una jugada suya
que acabó en córner cuando llegó el primer tanto del partido, mediante
un cabezazo de Amaya. La eliminatoria estaba empatada. Poco después, el
costarricense robaba un balón en el centro del campo y montaba una buena
contra que terminó rematando muy flojo Rubén Castro. El gol le sentó
bien al equipo local, que entendió que, a poco que apretara, se podía
llevar la eliminatoria. En el 38 llegó la jugada polémica del partido.
El Valladolid intentó sacar rápido una falta desde el borde del área.
Molina no guardó suficiente distancia en el saque y robó la pelota. El
balón fue a parar a Campbell que dejó solo al delantero del Betis para
que rematara a gol. Sin embargo, Álvarez Izquierdo no pitó la
obstrucción en el saque hasta que el balón entró, provocando un enfado
tremendo en la grada. El Valladolid, por su parte, respondió con un acercamiento que llevó el temor a la afición local.
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