Reducir el diámetro del volante, como sucede en el Peugeot 208, responde a razones prácticas, como elevar la posición de la capilla de instrumentación. Todo ello marcará tendencia de futuro consistente en facilitar la maniobrabilidad y aumentar las sensaciones de conducción,
optimizando la lectura de las informaciones e incrementando el confort y
la seguridad al no tener que apartar la vista de la carretera para
consultar el cuadro.
Se trata pues de una nueva ergonomía de conducción, más natural, que redunda en beneficio de la facilidad de guiado, la manejabilidad, la precisión y el descanso del conductor, fruto de una posición de los brazos más relajada y baja.
Se trata de uno de los apartados más valorados por
los usuarios del nuevo modelo, conforme a las encuestas de satisfacción
de la marca, que ante un uso cotidiano valoran la mejora en las
condiciones físicas para ejecutar largos trayectos al volante: algunos
conductores ven en ello un entorno interactivo; otros citan sensaciones más deportivas, con una posición más sensitiva, así como una superior facilidad de conducción.
En este sentido, destaca igualmente el reagrupamiento de los mandos de audio en la pantalla táctil y la reducción del número de botones e instrumentos en beneficio de un diseño más puro, sencillo, minimalista y moderno. De ahí, también, el tratamiento tecnológico de la instrumentación, con elementos analógicos retroiluminados. Precisamente, la ambientación luminosa ha sido otro de los apartados al que los diseñadores han dado mayor importancia, con dominancia blanca propia de productos de alta gama.
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